Llega septiembre, y de lo que más se habla es de la vuelta al cole. Pero ¿y qué pasa con la vuelta al trabajo?
La vuelta al cole es difícil, pero la vuelta al trabajo, para muchos también lo es. Incluso para algunos que han seguido trabajando en verano, la llegada de septiembre, significa volver a una rutina que aun trabajando en verano, cambia.
De hecho, muchos opinamos que el año empieza en septiembre y no en enero… Tú también?
¿Qué es la depresión post-vacacional?
La vuelta a esa rutina para muchas personas provoca una serie de reacciones emocionales que comúnmente llaman “síndrome o depresión post-vacacional”. Irritabilidad, cansancio, fatiga, dolores físicos, apatía, desánimo, tristeza, ansiedad o estrés son los síntomas más frecuentes en este «síndrome», que lo sufren entre un 25 y un 30% de los trabajadores.
Sin embargo, no se trata de una depresión, ni otro trastorno patológico, sino de un proceso de adaptación. En muchas personas que padecen esta depresión post-vacacional no hay ni que esperar a que se incorporen a la rutina, sino que se comienzan a padecer los síntomas incluso antes de terminar las vacaciones, ante la inminente incorporación, ya que comienzan a anticipar la vuelta. Este estado puede afectar a su relación con los demás y con uno mismo y es importante ser consciente de lo que nos está pasando para empezar a poner remedio y seguir algunos consejos que pueden ayudarte a que este proceso se sobrelleve lo mejor posible y pase pronto.
Volver a la rutina significa volver a adaptarnos a madrugones, horarios y obligaciones diarias, responsabilidades laborales y escolares (si tenemos hijos),… Lo normal es que nos adaptemos ponto, en unos días.
Si pasadas tres o cuatro semanas, sigues igual, lo más probable es que ya no tenga nada que ver con la depresión post-vacacional sino con tu situación en el trabajo, con lo cual puede ser otro síndrome diferente, como “el síndrome de burnout o de estar quemado”, otros trastornos (depresión, ansiedad,…) u otros motivos que habría que analizar e incluso, tratar (desmotivación, mala relación con los compañeros o jefes, sentirte explotado, horarios que no te permiten la conciliación familiar, etc.).
Algunos consejos para adaptarte mejor a la rutina y mejorar la depresión postvacacional
- No te preocupes, tómate lo que te pasa como algo normal. Te has habituado a una rutina de vacaciones y ahora tienes que deshabituarte a ella, y volver a habituarte a la nueva. Por tanto, piensa que te llevará unos días y todo volverá a estar bien.
- Antes del dia de incorporarte, tómate un par de días o tres para bajar tu ritmo diario, y recupera horarios y rutinas progresivamente (de sueño, de comidas,…). Por eso, no es recomendable que apures las vacaciones si estas fuera, hasta el último día.
- Organiza tu casa unos días antes para que cuando te incorpores no añadas el estrés de lo que te has dejado por hacer. Por ejemplo, una limpieza, lavar y planchar si has estado de viaje, organizar la ropa de trabajo o de cole, etc.
- Incorporarte a la rutina, no significa dejar de hacer cosas que te gusten. Por tanto, procura mantener actividades todo el año: salir con amigos y familia, leer, ir a algún espectáculo, hacer deporte,… Puedes planificarlas, apuntándolas en una lista para que cuando quieras hacer algo, no te quedes en blanco, sino que recurras a la lista que hiciste. También puedes aprovechar para apuntarte a algo que te guste y te haga ilusión.
- Cuando te incorpores, date permiso para tomarte un ratito al día y hacer alguna meditación o relajación. Con 10 minutos bastará y los beneficios serán enormes.
- Un par de días antes de incorporarte, planifica tu reincorporación, para que sea menos estresante. Por ejemplo, mira tu agenda y organiza las tareas que quieres hacer y retoma el contacto con algún compañero de trabajo. Pero no te obsesiones con querer tenerlo todo preparado, simplemente será una toma de contacto con tu agenda.
- Mantén una actitud positiva, en la medida de lo posible, hacia tu trabajo. Aunque te cueste, intenta valorar los momentos que te gustan de tu día a día en el trabajo y no te dejes enredar por la negatividad, las críticas, etc, ya que esto empeora la situación. Fíjate en las cosas negativas que dices cuando hablas de tu trabajo, la mayoría sin objetivo alguno, ya que no ayudan a cambiar ni mejorar nada, sino que las decimos por el simple hecho de hablar de nuestro trabajo. Intenta eliminar estos comentarios, ya que la actitud es determinante en cómo afrontas tu día a día.
- Y mantén una actitud positiva, fuera del trabajo, valorando todo lo bueno que tienes fuera de éste, y que no merece la pena contaminar con el aura de negatividad.
- Mima tu cuerpo y haz ejercicio suave durante la semana, retoma el comer bien y dormir suficiente, beber bastante agua, cuidar tu piel, tu aspecto personal, etc.
- Haz un plan de aspectos que te puedan ayudar a mejorar tu trabajo, o tu estado en el trabajo, en cuanto a comportamientos, actitudes, organización, relación con los demás, etc. Y lo más importante, toma acción y hazlos.
- Acepta los errores y los imprevistos como parte de nuestro día a día en el trabajo, no para eludir la responsabilidad, sino para tomarlos con más naturalidad y que no te afecten en tu estado de ánimo.
- Y sobre todo, acepta las emociones que estás sintiendo, sean cuales sean. Esto no significa, que por ello, puedas pagarla con los demás porque te lo puedes permitir, ya que encima te sentirás peor. La aceptación implica que te permites sentirte así, aunque no te guste, mirándote con compasión, con serenidad y con el propósito de ayudarte haciendo lo que creas que va a ser bueno para ti, aunque no te apetezca.
Si sigues estos consejos, este periodo de adaptación (que llaman síndrome o depresión post-vacacional) será más llevadero y más corto, o incluso, puede que no llegues a experimentarlo.
Pero si, como he dicho anteriormente, pasado un mes, no mejoras, o incluso ves que los síntomas se agudizan (desánimo, insomnio, ansiedad, …),, lo más aconsejable es que pidas ayuda profesional para superar esta situación.
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